todo
Juan Fernando García
uno+uno, Buenos Aires, 2004
Por Romina E. Freschi
Dicha, cuerpo, memoria y poema. todo. Así
se llama el último libro de Juan Fernando García, y
esa palabra, que podría equivaler a nada, en el transcurrir
de los poemas, se llena como la memoria en el transcurrir de la vida,
memoria que pasa por el cuerpo primero, y es dicha, por la memoria
después y de ahí al cuerpo del poema. Hablar de
las mudanzas.
Agrupados en cuatro secciones temáticas: Chicos, Tardes, Plaza
del Invierno y Chicas, los poemas de todo, conmueven
tiempo y espacio, mente y cuerpo, al pasar revista por los viajes
reales y los viajes de la memoria. La palabra mudanza y la
palabra dicha adquieren enorme importancia a lo largo del
texto, la primera porque lleva a la mudez y al cambio permanente e
inasible, Volar como si del drama de vivir/ hubiera escapatoria,
la segunda porque, aun así, admite la pronunciación
de la felicidad, su registro, su pasaje.
abren los pesados portones y el que dice amar/ comienza a desvestirse.
es fresco. es suave. cierto es despojo. / calma. tiemblan los cuerpos
al mínimo contacto/ y estallan diminutos brillos de un caleidoscopio.
sosiego, y así, surge el poema, en los pasos sucesivos
de dicha y mudanza que la memoria puede asir, y que también
comprenden la mentira, la imitación, la apariencia, la culpa,
es decir, el dolor y su cotidianeidad inevitable.
En esa cotidianeidad entonces, es que el todo se evidencia, con una
tranquilidad para el lector que no deja fuera al deleite, sino que
lo resalta. El pan/ y el color de una pared…/… El
crack de una rodilla… / un objeto nimio: la rosa seca.
En una delicada y original edición independiente, todo
es un libro que, como una magdalena proustiana, comparte con nosotros
la posibilidad de desplegar los recuerdos, desde el cuerpo, y desde
el poema para el cuerpo y para el poema, esos momentos que son los
tesoros de aquello que llamamos la vida.